Es imposible visitar un museo y salir sin pasar por la tienda de regalos; sin pasar por la tienda y sin comprar alguno de los recuerdos allí expuestos y que incluyen, evidentemente, marcapáginas. Os muestro tres ejemplos de ellos: el Museo de la Minería, el Jardín Botánico, el Museo del Ferrocarril. Los tres marcapáginas tienen en común el material del que están hechos, pero como veis el acabado es diferente.